lunes, 30 de marzo de 2020

jueves, 23 de enero de 2020

GRANDES HISTORIADORES GRIEGOS




Herodoto

            Herodoto nació hacia el año 484 a.C. en Halicarnaso, una colonia dórica. El padre de Herodoto se llamaba Lixés y su madre Drio, su familia era muy conocida, aunque se desconoce si pertenecía a la nobleza. Herodoto debió tener una buena educación primaria, que luego amplió con otros estudios.

            Herodoto participó activamente en las luchas políticas que tenían lugar en su patria. Halicarnaso estaba dominada por el tirano Ligdamis y Herodoto era una de los enemigos de este, por tanto, Ligdamis condenó a muerte a Paniasis, pariente de Herodoto, lo que obligó a este a marchar a la isla de Samos donde permaneció durante bastante tiempo. Durante esta estancia, comenzó a realizar los viajes que le sirvieron para recoger una gran cantidad de información que posteriormente plasmaría en su obra Historia. Su estancia más larga debió ser en Egipto, lugar en el que estuvo durante casi cuatro meses; también estuvo, entre otros lugares, en Siria, Palestina y Macedonia. Tras esto, regresó de nuevo a Halicarnaso donde contribuyó a la caída del tirano Ligdamis. Halicarnaso pasó a ser una república y se unió a la confederación ateniense, a Herodoto no le gustó este camino que tomó su ciudad y se trasladó a Atenas hacia el 447 a.C., donde termina su obra Historia en el 445 a.C. En Atenas no se encontraba muy cómodo y, por ello, se trasladó junto a los auspicios de Pericles a la Magna Grecia para fundar la colonia de Turio. En Turio, pasó el resto de su vida hasta su muerte hacia el año 430 a.C.

            Gracias a sus obras, se ha podido deducir algunos aspectos de su carácter. Podría decirse que era un hombre tranquilo, aficionado al estudio y con una gran curiosidad por los hechos humanos y los fenómenos naturales.

            Durante su época se desarrolló la Segunda Guerra Médica y la Guerra del Peloponeso. Además, durante su vida coincidió con hombres como Esquilo, Sófocles, Eurípides, Sócrates, Demócrito, Fidias o Policleto.

            Su obra Historia es la única obra que se conserva de él. Esta obra se divide en nueve libros, cada uno dedicado a una musa diferente, aunque esta división es posterior al propio Herodoto. En estos libros se narra el comienzo de las Guerras Médicas. Esta obra no satisface las exigencias de la crítica moderna ya que no es una obra homogénea, no guarda un compás armónico respecto a la cantidad y a la calidad de la información que facilita. Son muchos los defectos que, como historiador, se le atribuyen a Herodoto. Admite una gran cantidad de relatos absurdos y leyendas que recoge en sus páginas, por ello, se considera que su obra está cargada de errores. Herodoto es considerado ``el padre de la Historia´´.           



Tucídides

            Han llegado hasta nosotros tres antiguas biografías de Tucídides: la primera fue realizada por un tal Marcelina y presenta una extensión considerable; la segunda fue realizada por Suidas y su extensión es muy breve; la última biografía que poseemos es anónima y su extensión es unas cinco veces mayor que la anterior.

            Tucídides nació en Halimunte, uno de los municipios de Ática, y su fecha natal no se sabe con seguridad, aunque se baraja la posibilidad de que naciera entre el 472 y el 460 a.C. Su padre se llamaba Oloro y su familia pertenecía a la aristocracia ateniense. Siendo adolescente escuchó a Herodoto narrar fragmentos de su obra Historia y entonces quedó fascinado. Fue discípulo del filósofo Anaxágoras y del retórico Antifón. En el año 424 a.C. fue designado para embarcar hacia las costas de Tracia con el objetivo de defender las posesiones atenienses, pero fracasó. Por esta razón, el pueblo ateniense le condenó al ostracismo, por lo que se exilió durante veinte años. Durante su exilio, Tucídides recoge numerosa información sobre los distintos países que fueron escenario de guerra. Respecto a la fecha de su muerte, no existe una datación concreta de la misma, además, se desconoce el lugar donde falleció, por lo que no existe unanimidad en los autores. Sólo se sabe con seguridad que su muerte debió ocurrir después del año 404 a.C. y antes del año 396 a.C., probablemente en Tracia o en Atenas.

            De su producción escrita sólo conservamos una obra, pero esta está considerada como una de las obras más importantes del mundo antiguo. Se denomina Thoukydidou Historiai (Historias de Tucídides) y en ella se narra la Guerra del Peloponeso. Se tiene constancia de que la obra fue dividida en numerosas ocasiones, pero la división que ha llegado hasta nosotros consta de ocho libros. En el conjunto general de la historiografía griega, esta obra viene a ser una continuación de la Historia de Herodoto. El método que utiliza Tucídides para escribir esta obra es cronológico, es decir, año por año. Alterna la narración histórica con la inserción de numerosos discursos.

            Tucídides posee un arte exquisito para conquistar la atención del lector, al que en ocasiones llega a conmover, y prepara con notoria habilidad las situaciones que más puedan interesar. Pero en general le falta una nota emotiva, este autor se muestra en su obra como una persona con un carácter grave, frío e impasible. Su imparcialidad y su veracidad son aspectos más que admirables de este autor teniendo en cuenta la difícil situación en la que encontraba. Tucídides hizo de la Historia una verdadera ciencia, de ahí su rechazo hacia los oráculos, las leyendas, las supersticiones; todo esto, contrasta con su interés en mostrar los vicios, las pasiones o los aciertos y los fracasos de los gobernantes y los dirigentes.

Jenofonte

            Jenofonte nació hacia el año 431 a.C. en las cercanías de Atenas. Su familia pertenecía a la aristocracia, por lo que era una familia acomodada. Durante su infancia, tuvo lugar la Guerra del Peloponeso en la cual participó cuando creció formando parte de las fuerzas ecuestres. Fue discípulo de Sócrates. Cuando tuvo lugar el gobierno de los Treinta Tiranos, Jenofonte se unió a una expedición de mercenarios griegos que se dirigían a Persia, pero esta expedición fracaso debido a un ataque inesperado, por lo que Jenofonte tuvo que recorrer una gran cantidad de kilómetros hasta volver a Grecia. Tras volver a Grecia, Jenofonte entra al servicio del rey Agesilao II. En el año 394 a.C. tuvo lugar una batalla entre Grecia y Esparta en la cual participó Jenofonte. Por esta razón, los espartanos decidieron desterrarlo y, a partir de ese momento, se alojó en una finca en la que comenzó a escribir su obra. En el año 371 a.C. se libra otra batalla en la cual los griegos recuperan los territorios que antes habían sido arrebatados por los espartanos, entonces Jenofonte se traslada a Corinto donde se cree que murió hacia el año 354 a.C.

            Su producción escrita es bastante diversa, escribió sobre historia, política, etc. Entre sus obras históricas se encuentran Ciropedia, que se trata de una semblanza al rey Ciro II, Helénicas, en la cual se narra la Guerra del Peloponeso, Agesilao, sobre este personaje, y Sobre la constitución de los atenienses, obra en la que se manifiesta en contra de la situación política de Atenas. En sus obras, el autor se manifiesta hostil frente a la democracia ateniense y se decanta más por las formas de gobierno más autoritarias. Por encima de todas sus obras se encuentra Anábasis, esta obra narra la expedición de Ciro El Joven contra su hermano Artajerjes II. Esta obra se divide en siete libros, aunque tenemos constancia de que esta división fue posterior al propio Jenofonte. Como historiador, Jenofonte cuenta con una serie de problemas como la falta de rigor en la recogida de datos, su marginación hacia hechos que tuvieron una importancia notoria o, probablemente el mayor de todos sus problemas, el alto grado de subjetividad en sus obras. Por el contrario, entre sus grandes virtudes encontramos las siguientes: la claridad de su lenguaje, la sencillez de sus escritos que le hizo ganar una gran cantidad de seguidores, o su escritura rápida y precisa.



 

 Bibliografía.

- MARTÍN, Alonso: Historiadores griegos: Herodoto, Tucídides, Jenofonte; Edaf; Madrid; 1968.  

- MEYER, Eduard: El historiador y la Historia antigua; Fondo de cultura económica; Madrid; 1983.

- PEREA YÉBENES, Sabino: Mitos griegos e historiografía antigua; Padilla; Sevilla; 2000.

- RUIZ WERNER, Juan Martin: Historiadores griegos; Aguilar; Madrid; 1969.


















CONCEPTO DE HISTORIA EN LA ANTIGUA GRECIA



Resultado de imagen de ANTIGUA GRECIA PAPIRO

 
El concepto de Historia antigua surge en el siglo XVIII y en ese momento hace referencia a la Antigua Grecia y a la Antigua Roma, y con respecto a Roma abarca desde el siglo VI a.C. al siglo III d.C. En el siglo XIX, el marco geográfico empezó a ampliarse y se integraron el Próximo Oriente y Egipto, esto se debe principalmente a la acción imperialista de las potencias europeas. En la actualidad se entiende por Historia antigua a Mesopotamia, Próximo Oriente, Egipto, Grecia y Roma. La Historia antigua comienza con la confluencia de una serie de factores como la aparición de la escritura, la agricultura y la sedentarización, o la metalurgia. A esto lo denomina Gordon Childe[1] como Revolución Urbana. El fin de la Historia antigua tampoco está muy claro, por ejemplo, la escuela británica señala su fin en el año 324 d.C., la historiografía francesa sitúa el final en el año 385 d.C. cuando muere Teodosio El Grande[2] y se produce la división del Imperio Romano; la historiografía alemana sitúa el final en el año 476 d.C. cuando se destituye a Rómulo Augusto[3]. Esta última fecha es la más aceptada por la comunidad de historiadores. También nos encontramos con otro concepto, Antigüedad tardía. Este concepto abarca el período de tiempo que abarca desde el siglo III d.C. al año 476 d.C.

            En la Historia antigua nos encontramos con fuentes escritas, entre las que destacan los diferentes tipos de textos, y fuentes arqueológicas cuyo análisis es más complejo.



3. Antecedentes de la historiografía griega.

            Se considera a los relatos de viajes jonios, que servían de guía a los navegantes y a los mercaderes, junto a los textos llamados periplos, que eran textos en los que se narraban costumbres de países lejanos, antecedentes de la Historia clásica griega. La palabra periplo en su origen significaba circunnavegación y se utilizaba para designar los viajes o excursiones que se llevaban a cabo, normalmente debido al interés comercial, la curiosidad científica o por ocio. El ejemplo más arcaico con el que contamos pertenece al cartaginés Hannón[4]. La lectura de la Odisea de Homero[5] por parte de la población, llevó a los navegantes y a los excursionistas marinos a realizar más embarcaciones.

            También nos encontramos con la influencia de los logógrafos, conocidos como los narradores en prosa. Estos escribían crónicas sobre genealogías destacadas, tradiciones locales, relatos de viajes y anales. Los logógrafos usaban el dialecto hablado en Jonia y utilizaban una prosa sencilla que presentaban una gran amenidad. Se consideran a estos los verdaderos creadores del estilo narrativo, además de los principales antecesores de la Historia clásica. Entre los logógrafos, destacaron Cadmo de Mileto que escribió sobre la fundación de Mileto, Acusilao de Argós que escribió unas genealogías y Hecateo de Mileto que es considerado el más importante del grupo. La obra más destacada de Hecateo de Mileto es La vuelta a la tierra. Este autor marca la época de transición de la vieja escuela de logógrafos al género histórico.     

            Tras este grupo de narradores, destacaron, ya en época de Herodoto, Helánico de Mitelene cuya obra más destaca es Historia Ática y Antíoco de Siracusa que escribió un libro sobre la fundación de las mejores ciudades italianas y otro sobre Sicilia.



4. La Historia en la Antigua Grecia.

            La Historia conocida como ciencia humana tiene su creación en el mundo helénico, al igual que la filosofía. La filosofía presenta una serie de cambios debido al cambio de mentalidad que presenta la población griega, esta pierde la fe en los mitos y advierte que la única manera de afrontar la religión es mediante la experiencia y la fuerza lógica de nuestra mente. Más tarde, la población considera que la única manera de hacer frente al problema de la religión es mediante la investigación de las acciones del hombre. En este marco temporal tiene lugar el nacimiento de la Historia que brotará en el seno de una filosofía suficientemente madura. Pero esta definición de Historia implicaría más bien una contraposición que un antecedente de la historiografía. Esta Historia no se trata del relato de hechos llevados a cabo por los humanos, sino del origen y las actividades de los dioses. Además, presenta una falsa temporalidad que no coincide con la fecha de los sucesos, ya que los acontecimientos que se narran se fijan en un pasado remoto y de ahí se suceden cronológicamente.

            Al mismo tiempo que se desarrolla esta historia, en los pueblos semíticos nos encontramos con otro tipo de pseudohistoria, la Historia teocrática. Este tipo de historia se refiere a las acciones humanas derivadas de un dios personal que las dirige en todo momento mediante mandatos.

            Con la llegada de Herodoto, encontramos un gran cambio en la Historia. En Herodoto se observa un sentimiento que le índica que está haciendo ciencia. Los escritores anteriores habían sido logógrafos, simplemente narraban en prosa los antiguos mitos y leyendas, pero Herodoto se propone alcanzar la verdad  y su obra es el resultado de esta actitud. Su narración no es mítica ni teocrática, sino una verdadera Historia humanística. La intervención de los dioses se encuentra notoriamente restringida, sirviendo para acentuar el carácter del acontecer histórico. De esta manera, el fundamento de la Historia queda desvinculado de la divinidad.

            El principal valor de la Historia es el principio de acción y reacción. El desarrollo de las acciones humanas no está sometido a un determinismo, sino que permanece abierto a las modificaciones voluntarias. Por lo tanto, el relato de los sucesos pasados constituye así una forma de introducirnos en el pensamiento de nuestra persona. Dicho esto, la Historia se trata de una ciencia empírica ya que sus conclusiones son sólo probables. El mayor éxito que se le atribuye a Herodoto fue su capacidad para transformar esa sucesión de hechos empíricos en ciencia, acción que pudo llevar a cabo gracias al uso de un método de investigación. Este método utilizado por Herodoto se dividía en los siguientes pasos: en primer lugar, la observación directa del autor; en segundo lugar, el estudio de la información proporcionada por los testigos de los hechos; por último, se llevaba a cabo una división de las distintas fábulas que llegaban al historiador, aceptando o rechazando estas en función del criterio personal del historiador.

            A partir de este momento, la logografía se considera superada por la Historia que presenta un carácter científico. Tras esto, tiene lugar la llegada de Tucídides. Este autor también defiende esta concepción de la Historia que comparte con Herodoto.

            Con el triunfo de Platón y la caída de la sofística, se llevó a cabo una búsqueda de formas inmutables y eternas que llevó a la historiografía a un camino erróneo al abandonar todo intento de conseguir un conocimiento científico, por tanto, los historiadores del siglo V no tuvieron verdaderos sucesores. Los historiadores del siglo IV se caracterizan por tener una visión de la Historia estadística, de este modo, pierde su valor teórico en cuanto a su estudio de las acciones humanas por sí mismas.

            Con el helenismo, el campo de la historiografía se ensancha de manera notoria. Las conquistas llevadas a cabo por parte de Alejandro supusieron un cambio en la mentalidad de los hombres griegos, a partir de ese momento habrá una mayor comprensión  como unidad de todos los hombres y, por tanto, se superará el individualismo de las obras históricas anteriores. El mundo pasó a ser considerado una comunidad histórica. Las características más destacadas de los historiadores de este período son las siguientes: carencia de crítica, admisión de lo fantástico, interés didáctico y moralizador, y aparición de novelas que presentan una similitud con la novela romántica. La figura más destacable de este grupo es Polibio[6].      

            A partir de Polibio, la decadencia de la historiografía helénica es más que evidente. Posteriormente, aparecen ya los escritores romanos que mantienen las directrices de la época helenística, tanto en sus aciertos como en sus fallos. Las dos figuras más importantes de este período son Tito Livio y Tácito.

            Dicho todo esto, queda más que demostrado que la Historia es una necesidad. He aquí donde radica su principal tarea, el regreso al pasado con el objetivo de comprender todo lo ocurrido en el mismo. Para llevar a cabo esta labor, se debe adoptar un carácter científico ya que los hechos históricos nos aportan información muy valiosa para el autoconocimiento del presente. Tal y como afirmó Heráclito[7]: ``El ser, particularmente el ser humano, es su propio cambio, el fluir incesante de su actividad´´.            



[1] Fue un arqueólogo y filólogo australiano especializado en el estudio de la Prehistoria europea. Dedicó la mayor parte de su vida a la investigación académica en el Reino Unido; en la Universidad de Edimburgo primero y en el Instituto de Arqueología de Londres después. En total escribió 36 libros y fue uno de los primeros teóricos de la arqueología histórico-cultural y de la arqueología marxista.
[2] Fue un emperador romano que gobernó desde el año 378 hasta el 395, año de su muerte. 
[3] Fue el último emperador romano de Occidente que gobernó entre el año 475 y el año 476.
[4] Se trata de un explorador cartaginés cuya cronología es indeterminada.
[5] Fue un poeta griego a quien tradicionalmente se le atribuye la autoría de las principales poesías épicas griegas, la Ilíada y la Odisea.
[6] Fue un historiador griego. Es uno de los historiadores más importantes, ya que es el primero que escribe una historia universal. Además de esto, Polibio ha sido es el historiador antiguo que más ha escrito sobre la forma de hacer historia. Será retomado en la modernidad para forjar algunos de los puntos básicos que formaran la Teoría de la Historia. Sus apreciaciones políticas son consideradas hoy en día, siendo material de estudio en diversas disciplinas, como la Ciencia Política o las Relaciones Internacionales.
[7] Fue un filosofó griego. Nació en Éfeso hacia el año 535 a.C. y murió hacia el 484 a.C.